El primer día del mes de julio, compartimos una jornada de juegos junto a los niños, niñas y adolescentes del centro educativo AMAUTA. La jornada comenzó con los más chiquitos, que recién abriendo los ojos fueron animando el salón presentándose primero como abuelitos sin dientes. El cuerpo se fue aflojando con el juego “aceite cocodrilo”, en el que los niños fueron proponiendo que partes del cuerpo “menear”. La ansiedad se visualizó cuando apareció el globo y todos querían agarrarlo sin importar mucho la consigna. En la foto se los puede ver divirtiéndose con el cartero, desesperados por encontrar un lugar donde sentarse.
Las caminatas estuvieron acompañadas de la creatividad de los niños, que mostraban cómo representarían a un cangrejo, un camello, un elefante y un canguro. En la foto se los puede ver a los más pequeñitos con sus pinzas de cangrejo.
Ya iba apareciendo el siguiente grupo cuando terminamos con la danza del cocodrilo y un hermoso abrazo caracol. Con el segundo grupo comenzamos presentándonos con la cornisa y el desafío de ir acomodándonos según la primera letra de nuestro nombre en orden ascendente. El cacique fue ayudando a aflojar el cuerpo, mientras uno intentaba adivinar quién era el que iniciaba el movimiento.
La energía llego a su punto máximo cuando había que pincharle el globo al compañero. Y luego trabajamos la cooperación con la tela, que simulaba ser una nube, y entre todos debían pensar una estrategia para que nadie cayera, mientras la nube iba disminuyendo en tamaño.
En la foto se los puede ver haciendo rebotar la pelota en la tela intentando entre todos que rebote varias veces sin caerse; pensando estrategias en equipo y trabajando la coordinación.
La diversión fue finalizando con la danza del “amishi” del que todos participaron con entusiasmo.
El último turno fue el de los adolescentes, con el que comenzamos presentándonos tejiendo la telaraña y después intentando embocar una lapicera en una botella, desafió que implicaba la coordinación grupal.
Todos los juegos fueron orientados a trabajar la cooperación y el trabajo en equipo; cambiando las reglas del vóley, la cinchada y el juego de la silla, en el que terminaron todos abrazados ayudando a no caerse como se ve en la foto.
Después de terminada la jornada nos quedamos con los niños y las seños compartiendo un lindo día al aire libre en la finca, donde se encuentra la escuelita. El famoso mate argentino se hizo bien popular entre los niños y niñas, que bien amargo provoco grandes muecas y con azúcar les termino de encantar.
¡¡Que genial como laburan!! y cuantas dinámicas de grupo me gustaria conocer para usar los días de lluvia. Que bueno ver todo esto..
ResponderEliminar