AMAUTA, es un centro educativo, que presenta una opción educativa para los niños, niñas y adolescente de la ciudad de Loja. El centro se encuentra ubicado dentro de la Reserva Natural “El Madrigal” y surge de la iniciativa de la familia Tapia, que en busca de una alternativa a la educación construye en medio de la naturaleza, un centro que recupera la línea educativa de Montessori y Pichon Riviere. El espacio físico de la escuela ya da cuenta del enfoque de la escuela. La misma tiene forma de caracol y en el centro se encuentra el teatro, o espacio de usos múltiples, las “aulas” no tiene paredes, hay muchos espacios comunes, cuentan con una huerta y patios en medio de un paisaje de montañas tupidas, acompañado por la melodía del constante rio y la diversidad de flora y fauna.
La mañana comenzó con los más chiquititos, moviendo el cuerpo con el baile del tallarín y una cadena de gritos, que aturdió a toda la escuela.
El juego central fue la búsqueda del tesoro, donde fuimos encontrando desafíos grupales que nos llevaban a las siguientes pistas. Los chicos se entretuvieron intentando hacer reír a Kuki, armando un rompecabezas, dibujando un cocinero y modelando entre todos la figura de un animal, ¿Qué animal se formo? Una especie de serpiente.
Terminamos con la divertida danza de “ahí viene la familia sapo” y ya estábamos listos para el refrigerio.
El segundo grupo quedo compuesto por una mezcla de edades dispersas. Arrancamos con dos juegos para desinhibirnos, que demandaban un poco de destreza y coordinación.
Las actividades con los más grandes estuvieron orientadas a explorar los 5 sentidos. Es así que los chicos fueron percibiendo las sensaciones que les provocaba el probar distintos alimentos, oler y descubrir aromas, de meter la mano en un tacho, lleno de objetos de diversas texturas, de caminar con los ojos vendados y de controlar la voz. Terminamos reflexionando sobre lo sentido y los chicos fueron compartiendo como se iban sintiendo, las sensaciones de perder uno de los sentidos y como se iban intensificando otros, lo que les había disgustado y los sentimientos de miedo o desprotección a la hora de estar con los ojos cerrados.
A la noche nos reunimos alrededor del fogón y nos divertimos entre padres, niños, niñas y docentes, cantando y desafiando nuestra atención y coordinación con los juegos de “los opuestos” y el “palo bonito”. Compartimos unas palabras de Eduardo Galeano y continuamos alrededor del fuego comiendo malvaviscos y salchichitas.